NOS SOBRAN LOS MOTIVOS


Poema sobre reivindicaciones feministas





                                                 NOS SOBRAN LOS MOTIVOS


Ojalá fuera cierto que

“ya lo hemos conseguido todo”,
que “esto aquí ya no pasa”,
que los techos de cristal no existen,
que asesinar a una mujer
es un hecho aislado,
obra de un loco incontrolado.

Ojalá fuera cierto que
no tenemos motivos
para salir a la calle,
para agitar nuestras pancartas,
para gritar nuestras consignas.

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
hay cien, mil, cien mil
mujeres que sienten miedo, angustia, pánico…
que “consienten” sin deseo
para calmar al monstruo con el que conviven.

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
una, cien, mil, cien mil mujeres caminan con miedo
porque saben, porque es cierto,
que corren peligro solo por eso,
por ser mujeres
y atreverse a ir solas,
independientes,
libres,
en cualquier lugar.

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
una, mil, cien, cien mil mujeres están siendo
compradas, vendidas, usadas, humilladas, penetradas
porque son eso, carne, solo carne, que se vende y se compra
en los polígonos, los burdeles, los pisos escondidos…

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
hay una, cien, mil, cien mil niñas
que mañana serán mutiladas
porque así lo marca la costumbre.

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
una, cien, mil, cien mil mujeres
(¿pobres? ¿vulnerables? ¿sin oportunidades?)
están gestando las criaturas
que otros y otras pueden permitirse comprar.

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
una, cien, mil, cien mil mujeres
continúan cansadas la doble o triple jornada
mientras sus hombres disfrutan (el bien merecido descanso)
beben, juegan (quizás el dinero que ganan ellas)
ven televisión o buscan “diversión”
usando a otra mujer en un burdel.

Ojalá fuera mentira
que hoy, ahora, en esta noche aparentemente tranquila,
una, cien, mil, cien mil mujeres
están muriendo desangradas
nuevas víctimas de abortos clandestinos.

Ojalá fuera mentira.
Y lo nuestro fuese capricho,
exageración, ganas de llamar la atención,
manías de desequilibradas
ancladas en el pasado
porque “ya eso no pasa”,
porque “no sabemos lo que queremos”
porque “ya lo tenemos todo”.





Ojalá fuera mentira,
pero no lo es.

Y mañana
saldremos nuevamente a la calle,
gritaremos consignas,
pasearemos pancartas,
alzaremos las voces,
para que pronto, muy pronto,
las mujeres y las niñas,
salgan a correr sin miedo,
caminen libres de amenazas,
disfruten de su sexo y de su cuerpo,
sin ser 
humilladas,
vendidas,
explotadas,
denigradas,
golpeadas,
mutiladas,
asesinadas.




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