ROCÍO SILVA SANTISTEBAN


Escritora feminista peruana contemporánea

En la noche de este 25 de diciembre, quiero traer a estas páginas a la escritora peruana Rocío Silva Santisteban Manrique (Lima, Perú 19663). Poeta, periodista, profesora universitaria, activista, Secretaria Ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de su país. Es la suya una poesía de crítica y denuncia sin concesiones de todo tipo de injusticia y, muy marcadamente, de la violencia contra las mujeres, como vemos en su poema El hombre más pobre del mundo, clara denuncia de la feminización de la pobreza y la explotación de las mujeres.  Y con un lenguaje potente, duro, realista, al mismo tiempo que de excelente calidad literaria, denuncia la violencia sexual contra las mujeres en su poema BAviolada.




EL HOMBRE MÁS POBRE DEL MUNDO


El hombre más pobre del mundo …es una mujer 
peruna, africana, india, quizás una mujer campesina 
una mujer que fue violada por el primer marido embarazada una y otra vez explotada durante el embarazo olvidada durante la lactancia y el parto 
una mujer que cortó el cordón umbilical con sus propios dientes que a los treinta se quedó sin marido sin caficho sin pelo 
y después los hijos uno por uno la olvidaron a la vera del camino 
una mujer que murió y no fue enterrada cuyo rastro se perdió sobre la arena 
una mujer que ni siquiera es viento 
una mujer de quien no queda huella 
solo un eco un eco sordo un resentimiento negro sobre la tierra. 



Aquí podemos asistir a la presentación de su libro Mujeres y conflictos ecoterritoriales



 Y a su intervención con motivo del Congreso Internacional Palabras para unCanto



O su ponencia sobre violencia de género




Poema BAviolada


Hoy la vi, fue casualidad
estaba en el bar, me miró al pasar
yo le sonreí y le quise hablar
me pidió que no
no, no, suéltame, déjame en paz
estás borracho

¿quién eres tú para hablarme así, perra?

que otra vez será, que otra vez será
tierno amanecer, sé que nunca más

aquí el que manda soy yo

como olvidar su pelo, como olvidar su aroma

como olvidar ese olor que sube por mi cuerpo
una babosa, pegajoso, leche agria
cerveza y vómito negro, rencor y cólera

si aún navega en sus labios el sabor de mi boca
sus pelos en mi boca, la arcada al fondo de mi garganta
y esa otra boca, la pistola

abre la boca mierda

entre mis piernas, saliéndose y metiéndose,
¡por qué no me matas de una vez!

cada chica que pase con un libro en la mano
me traerá tu nombre como aquel verano

¿su nombre? ¿para qué?
era suboficial o teniente o no sé qué

porque ordenaba, les dijo, háganlo rápido
como yo, y no se ensucien demasiado
entonces pasaron uno por uno, dos, tres

no más, por favor, no, no, déjenme morir

cuatro cinco seis

ya no, Dios, ya no, ya no

siete
estaba completamente muerta, muerta, muerta, ocho

fuiste mía un verano

ocho, fueron ocho

perra, ladra

solamente un verano
pero el olor lo tengo aquí
zumba en mi cabeza como rastrillo de metralla

qué asco

yo no olvido la laya ni aquel viejo café
nunca jamás, esos ojos
su huella me vuelve loca
ni tu voz ni tus pasos
se alejarán de mí.




Entradas que pueden interesarte

No hay comentarios