BRINDIS


                          

                                    Brindis feminista



Noche de ritos repetidos,
de diversión obligatoria
aun cuando sobren los motivos para el desconsuelo.






Más allá de mandatos religiosos,
de normas sociales pre-establecidas,
de comercio in-justo y descarado,
de hipocresía social ahogando la tristeza.

Más allá de todo ello, digo,
queda lo que sí merece la pena celebrar:
los afectos profundos y sinceros,
la amistad, el compañerismo, la sororidad,
el cariño que llega en forma de imágenes y palabras,
las lágrimas, y las risas compartidas,
la mirada ilusionada de una niña,
la sonrisa de un niño,
la promesa de una nueva vida,
la capacidad de soñar,
los deseos, los sueños, las utopías,
el ansia de justicia,
la valentía para continuar.

Por todo ello, levanto mi copa
 y brindo en este solsticio de invierno,
(de verano en el otro hemisferio
que todo es relativo)
y renuevo la esperanza en la humanidad

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