Literatura para consolar el alma
MENÚ PARA LOS DÍAS DE TRISTEZA
¿Qué menú servir los días de tristeza?
¿Qué brebaje preparar cuando algo por dentro nos arrastra a la desesperación y
la impotencia?
No viene mal empezar con una abundante sopa caliente,
nutritiva, bien sazonada, da igual de pollo o de verduras, pero cargada de
ternura, con la que reconfortarnos por dentro. La tomaremos lentamente,
cucharada a cucharada, saboreándola, dejando que su aroma nos envuelva y
acaricie.
Después vendrá un plato variado que contenga todos los
colores imaginables, rico en cereales y verduras, condimentado con especias de
variados sabores y presentado de manera que despierte nuestros sentidos, nos
inunde la boca de sabores exóticos y sensuales que nos arranquen de la rutina
culinaria y de la vida, y nos traslade a lugares lejanos y desconocidos. Iremos
provocando cada bocado lentamente, gozando su aroma, su textura, su fragancia,
su aspecto, dejándonos sorprender por la variedad y la originalidad de cada
alimento. Evidentemente, es difícil recordar las tristezas ni dejarse invadir por
la melancolía cuando se dedica plena atención a semejante menester de
satisfacer nuestros sentidos.
Este menú se acompañará de zumos de las frutas más
variadas, que combinarán perfectamente con los bocados que estamos ingiriendo,
y que nos ayudarán a reponer fuerzas y cargarnos de energía.
Y como postre, no puede faltar en este menú de
celebración de la vida una amplia selección de frutas y dulces que se nos
presentará en una espléndida mesa, de la que podremos servirnos a voluntad, sin
gula ni exceso, pero sí siguiendo la voz de nuestra intuición y nuestros
deseos. Porque el cuerpo es sabio para guiarnos a desear aquello que
necesitamos para sacudir las telarañas del alma y recomponer células y emociones desgastadas.